sábado, 4 de diciembre de 2010

Tratamientos

Karolina Montero Perdomo
Universidad internacional de las Américas
3er cuatrimestre 2010
Tratamientos
En la actualidad el LES es una enfermedad perfectamente tratable, si bien no existe tratamiento especifico, el objetivo del tratamiento es tanto controlar los síntomas (dolor) y signos (artritis) de la enfermedad como prevenir sus complicaciones. El programa terapéutico debe ser de acuerdo a los problemas de cada paciente en particular. El tratamiento depende fundamentalmente del tipo de manifestación (órgano comprometido), severidad, actividad y existencia de otros problemas asociados como el embarazo, infecciones, entre otros. Cada paciente es un caso particular que se debe estudiar y analizar y estudiar cuidadosamente; hay algunos que remiten espontáneamente y no requieren tratamiento, otros necesitan antiinflamatorios no esteroideos y/o antimalaricos y otros grupos que requieren corticoesterioides en pequeñas, moderadas o altas dosis y en ocasiones inmunosupresores u otras medidas. El primer año después del diagnóstico es el más difícil: la enfermedad está muy activa, las dosis de los medicamentos son altas, las visitas al médico y los análisis son muy frecuentes. Después del primer  año las cosas se vuelven más fáciles, pero puede tardar 2 o más años hasta que la enfermedad se aplaque y la vida vuelvan a la normalidad. Es importante una buena comunicación y confianza entre el paciente y el medico. Muchas veces los pacientes han sido erróneamente informados de la enfermad. Se le debe instruir en relación con signos de actividad, reposo, dieta, uso de anticonceptivos, embarazo y otros. Las drogas usadas en el tratamiento de los diferentes subgrupos son: esteroides tópicos, antiinflamatorios no esteroideos, antimalaricos, corticoesteroides e inmunosupresores. La aspirina es útil cuando predominan las manifestaciones articulares, en presencia de fiebre y aun cuando existe compromiso moderado de serosas. La antimalaricos están indicados en presencia de lesiones cutáneas, en artritisy también en algunos casos como ahorradores de esteroides. Son de acción retardada, producen efectos adversos. Los pacientes denen ser sometidos a chequeos oftalmológicos frecuentes. Los corticoesteroides son los agentes de elección, aunque en muchos casos se comete el error de usarlos en todos los pacientes y en dosis superiores a las necesarias. Muchas veces la dosis es una decisión individual tomada de acuerdo al tipo de compromiso y a la seriedad del proceso. Uno de los objetivos fundamentales es el usarlos durante menor tiempo y la menor cantidad posible. No se justifica su uso profiláctico, es preferible tratar las manifestaciones cuando ellas se presentan. Se deben tener encuentra la presencia de entidades como diabetes melitus, hipertensión, osteoporosis, tuberculosis u otros que pueden complicarse con el uso de corticoesteroides. Las indicaciones para usarlos en dosis altas son: anemia hemolítica grave, trombocitopenia severa,  compromiso pulmonar y cardiaco grave, algunas formas de compromiso renal, la crisis lupica es decir pacientes muy tóxicos, muy febriles con muchos síntomas de lupus activo y cuando existe compromiso importante del sistema nervioso central. Los pacientes lupicos esplenectomizados, presentan mayor incidencia de vasculitis cutánea y de infecciones serias.


Antiinflamatorios No Esteroideos (AINES): Estos medicamentos se recetan para una gran variedad de enfermedades reumáticas, incluyendo lupus. Ejemplos de éstos compuestos incluyen el ácido acetilsalicilico (aspirina), ibuprofen (Motrin), naproxen (Naprozyn), idometacina (Idocin), nabometone (Relafen), tolmetin (Tolectin) y un gran número de otros. Estos medicamentos generalmente se recomiendan para dolores musculares, articulares y artritis. La aspirina y los AINEs pueden causar malestar  de estomago en algunas personas. Estos efectos se pueden minimizar, tomándolos junto con los alimentos; leche, antiácidos o prostaglandinas como el misoprostol (Cytotec). Los AINEs nuevos contienen prostaglandinas en la misma cápsula (Artrotec). Los otros AINEs funcionan en la misma forma que la aspirina, pero son más potentes y los pacientes requieren menos tabletas al día para obtener el mismo efecto que la aspirina. Muchos AINEs se pueden adquirir sin receta médica en las farmacias. La gente debe ser muy precavida de no tomar demasiadas aspirinas o AINEs, dado que pueden reducir el flujo de sangre al riñón y causar problemas en la función.

Corticoesteroides: Los corticoesteroides (cortisona) son hormonas que tienen propiedades anti-inflamatorias e inmuno-reguladoras. Normalmente se producen en pequeñas cantidades en las glándulas suprarenales de nuestro cuerpo. Estas hormonas controlan una gran variedad de funciones metabólicas en el organismo. Los corticoesteroides se producen en forma sintética para reducir la inflamación y suprimir la actividad del sistema inmunológico. El más comúnmente prescrito es la prednisona. 
Dado que esteroides tiene una gran variedad de efectos secundarios, la dosis tiene que ser ajustada para obtener los máximos efectos anti-inflamatorios y minimizar los efectos indeseables. Estos se pueden presentar con mayor frecuencia cuando se toman dosis de prednisona por periodos largos de tiempo y en altas cantidades (por ejemplo, 60 mg de prednisona diario por periodos de mas de un mes). Tales efectos indeseables incluyen aumento de peso, "cara de luna", acné, moretones en la piel con facilidad, fragilidad de los huesos u osteoporosis, aumento de la presión arterial, cataratas, diabetes, aumento en la susceptibilidad a infecciones, úlceras en el estómago, hiperactividad y aumento del apetito.


Antimaláricos: Las cloroquinas (Aralen) o hidroxicloroquina (Plaquenil) se emplean comúnmente en el tratamiento del paludismo o Malaria y pueden ser de mucha utilidad en algunos pacientes con lupus. Se usan mas frecuentemente para síntomas articulares y de piel, pero también son útiles para otras manifestaciones sistémicas. El efecto benéfico puede aparecer hasta después de varios meses. Las reacciones indeseables son raras y consisten en diarrea ocasional y ronchas en la piel. Algunos antimaláricos como la quinina y la cloroquina pueden afectar los ojos. Por este motivo es importante practicarse exámenes oftalmológicos en forma periódica. Se sugiere un examen de fondo de ojo antes de iniciar el tratamiento y cada seis meses después de estarlas tomando. Sin embargo algunos médicos sugieren un examen cada año, especialmente si toma hidroxicloroquina (Plaquenil).


Medicamentos inmunomoduladores: Azatioprina (Imuran) y la ciclosfosfamida (Cytoxan) es un grupo de agentes conocidos como fármacos citotóxicos o inmusupresores. Estos medicamentos actúan en forma muy similar a los corticoesteroides suprimiendo la inflamación y la respuesta del sistema inmunológico. Los efectos indeseables de estos productos incluyen anemia, disminución de los glóbulos blancos y aumento en la susceptibilidad a las infecciones. Su uso, aunque raramente, también puede predisponer a una persona a desarrollar cáncer en forma tardía.
Otros agentes farmacológicos como el motrotexate y la ciclosporina se han empleado para controlar los síntomas de lupus. Ambas son inmunomoduladoras y tienen efectos indeseables diferentes. Estos medicamentos se encuentran aún en fase de investigación pero con muy buenos resultados en lupus. Algunos de estos agentes se emplean en conjunto con la aferesis, o una forma de filtrar substancias en la sangre. Esta aferesis se ha empleado en forma específica, para remover anticuerpos específicos de la sangre, aunque sus resultados no son muy prometedores.
Los nuevos fármacos disponibles, están dirigidos hacia células específicas del sistema inmunológico. Estos incluyen agentes que bloquean la producción de anticuerpos específicos como los que van dirigidos al ADN o agentes cuya acción es suprimir la producción de anticuerpos a través de otros mecanismos. Ejemplos de éstos, son las inyecciones de glammaglobulina intravenosa, las que se administran para aumentar las plaquetas (células necesarias para la coagulación).


Anticoagulantes: Estos medicamentos se emplean para "adelgazar" la sangre, y con más frecuencia en la actualidad para la formación rápida de coágulos sanguíneos. Estos van desde la simples aspirina a dosis muy bajas, la cual previene la agregación de las plaquetas (evitar que se adhieran unas con otras), hasta la heparina y/o coumadin los cuales previenen la formación de coágulos sanguíneos. Esto último requiere un control o monitoreo para asegurarse que el paciente este en el "rango terapéutico" o que la sangre no esté excesivamente "delgada" y haya peligro de sangrado. Generalmente este tipo de tratamiento es de por vida en los pacientes que han tenido problemas de coagulación con formación de coágulos o trombosis.
Los pacientes con lupus deben aprender a reconocer con tiempo los síntomas iniciales o tempranos de la actividad o la enfermedad. De esta forma pueden ayudar a su médico a saber cuando cambiar el tratamiento si es necesario. El control regular o monitoreo de la enfermedad con exámenes de laboratorio, son de gran valor; dado que hay cambios importantes en los síntomas cuando se presentan las recaídas severas. Los cambios en las pruebas de laboratorio indican que la enfermedad está activa, aún antes que el paciente presente los síntomas de la recaída. De ésta manera, es más fácil controlar éstas cuando se detectan en forma precoz, se puede presentar la posibilidad de daño permanente a un órgano o tejido, así como disminuir el tiempo que tiene que estar tomando dosis altas de los medicamentos. 

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